16 de noviembre de 2016

Lo que nunca se fue

Que amargo el sabor de aquello que aparece sin avisar, sin más intención que la de retorcer.
Nos busca con sed y nos envuelve sin darnos cuenta.
Quiero recordarme que soy fuerte, estoy en el lugar hacia el que escarbé con mis propias uñas, desgarrándolo todo, y conseguí algo maravilloso que por desgracia ya no puedo ver tan claramente.
Se me nublan los ojos y es de recuerdos, me inundan las carencias y siento que tengo las manos atadas, que me ahogo.
Todo se complica y parece que vuelve algo que recuerda a aquella época donde no me importaba lo más mínimo morir mil y una veces con tal de saber, de conocerme un poco más, de entender qué necesito, qué estoy pidiendo a gritos, y escucharme, y llorar, y comprender.
He permitido nacer al miedo dentro de mi, y lo siento en cada centímetro de mi piel, en cada parte de lo que soy y lo que me gustaría llegar a ser, en las palabras, en las lágrimas, contaminando lo que soy. 
Y quiero gritar más fuerte que nunca que se vaya, pero renace conmigo todas y cada una de las veces que me dejo atrás.
Me anula y me rompe desde dentro como si fuese hielo.
Y mi error es esperar, quedarme congelado esperando un milagro, algo que me salve, algo que derrita la incapacidad que siento y me devuelva la calidez que tanto echo de menos.
Aceptaré que vuelvo a estar solo en esta lucha interior, y que el miedo no puede sobreponerse a lo que se alimenta de felicidad, que soy mucho más, siempre he sido mucho más de lo que veo, de lo que siento, de lo que creo conocer.



19 de febrero de 2016

Nostalgia

He vuelto a vivir después de aquello.
Aun no controlo bien la libertad, no asimilo el poder que significa poder elegir, poder hacer, poder crear.
Me encuentro estancado y hay algo amargo que me hace recordar la gran historia que ya he dejado atrás.
Pero miro a mi alrededor y todo es claro.
Creo que mi mente juega con lo que un dia fue su refugio, donde estaba cómoda, y pretende que disimule y no me de cuenta de todo el espacio que tengo, de que ya no me ahogo, respiro bocanadas de aire puro en esta nueva vida que he conseguido y es maravilloso, es una sensación maravillosa.
Puedo volver a sentir esas cosas que me quemaban solo con echar la vista atrás, y me hace tan feliz arder en esos recuerdos, porque me doy cuenta de que son solo eso, que por mucho que me rozen con sus manos de humo nunca van a poder tocarme de nuevo.
Renacer es algo increíblemente bello.
Y peligroso.
Nunca es fácil, pero yo tengo la ventaja de recordarlo todo, de manipular aquello que baila en mi cabeza junto con esa melodía triste que tanto me ha inspirado y ayudado a llorar todo lo que necesitaba, a desahogarme, y que ahora solo consigue hacerme cerrar los ojos y sonreir.
Seguiré parándome en el camino, recordando, descansando, sonriendo, porque no hay prisa, ya no.
Soy tan feliz incluso con tanto por superar.