23 de marzo de 2011

Mierrrdo.

Estoy taaaan marginado, me siento como si acabase de empezar en un instituto nuevo, como seguramente me sentiré cuando empiece en septiembre, Es un verdadero asco, ahora y cuando llegue el momento.
Hola, no hablo con nadie...
Un comentario de vez en cuando, pero poco mas. Me da tanto miedo...gente nueva, vida nueva, sitio nuevo.
Está mas que claro que lloraré como un cosaco cuando llegue el momento. 
Primero, me meto en un instituto que no está cerca.
Segundo, lo que quiero hacer no tiene casi salidas.
Tercero, no voy con nadie conocido.
Cuarto, no tengo una réflex.
Quinto, no sé si quiero hacer esto.
Cinco razones, pocas pero suficientes para hacerme temblar de nerviosismo...

Muerte en vida.

El tiempo pasa demasiado deprisa...
Ya le he olvidado, ya es mi último curso, ahora me siento mas mayor, lo veo todo desde mas arriba.
Creo que la despreocupación que he tenido hasta hace poco me va a costar perdidas enormes.
Si pudiese cambiaría tantísimas cosas...
Para empezar no habría perdido el contacto con él, no habría permitido que Alfonso se fuese, bajo ninguna circunstancia. No habría dejado que nada me afectase tanto como para bajar mi media considerablemente. No lo habría dejado todo para el ultimo momento, las decisiones importantes los proyectos de futuro, todo.
Ahora sencillamente me veo incapaz, no llego, no puedo, no abarco todo tan de golpe.

30 de enero de 2011

Querido Desconocido.

Te escribo para saber si sigues ahí, para saber si no te has ido, para saber si tengo todavía algún motivo por el que seguir escribiendo...
Me siento enganchado a ti, dependo de tus textos, de tus fotos, de tu sonrisa ligeramente torcida, de tu pelo negro azabache y tus suaves rizos, de tus tipicalidades, de tus enfados....de todo aquello que tenga o haya tenido que ver contigo.
Aquel abismo, aquella habitación oscura y cerrada que había recuperado la luz, se ha desmoronado, ya nisiquiera tengo sobre qué sostener mis pies. La luz no es aconsejable, se desvanece, va y viene, en cambio la oscuridad siempre esta ahí, en tu corazón, aguardando el momento en el que te encierres en ella y así poder tomar posesión del tú que los demás ven. Te sientes solo, aislado, frío...tú elegiste entrar pero no hay ninguna opción de salida. Te desesperas, gritas, golpeas las paredes de la caja inquebrantable que un día te atrapó. Te arañas los brazos, retuerces los dedos, tu cuerpo tiembla, un chillido ahogado resuena y tus ojos, abiertos de par en par, muestran el sentimiento primitivo del que eres total esclavo, la soledad. Mi cuerpo esquelético, desnutrido de ti, se tambalea y agoniza. Nadie escucha nada, mi interior sellado no deja paso. La caja parece empequeñecer por momentos, me siento claustrofóbico. Alzo la cabeza para intentar coger aire....por ultima vez.
Ya está, todo ha acabado.
No existo, tan solo soy una coraza insensible que a perdido su calidez, estoy vacío.
Lo único que me queda es carne y una cara inexpresiva.