26 de mayo de 2014

Agujero negro

A veces miro dentro de mí y no veo nada, es como un agujero negro que ya se lo ha llevado todo, solo queda carne y una cara inexpresiva.
Intento entender a dónde ha ido esa energía que siempre había tenido, todas las cosas que me hacían especial, ya no están.
Necesito encontrarlas, encontrar el camino, a mí mismo.
Me da miedo perderme, quedarme en nada, no sé hacia dónde tengo que ir y no sé si voy a encontrar lo que busco donde sea que esté yendo.
Y entonces vuelvo a mirar, desesperado.
Veo luz.
La energía no se crea ni se destruye, se transforma, ese agujero negro es todo lo bueno que tengo, debo hacer que lo sea, tengo que entrar, gritar todo lo fuerte que pueda, que tiemble todo ese caos y se desmorone, que se rompa, que se vaya.
Entonces quedaré yo ante esa nada, volveré a construirlo todo tal y como quiero que sea, todo sobre mi, sobre quién soy, sobre cómo soy.
Desprenderé luz.
Y todo será mucho mejor que antes, cada día será mejor que el anterior, de eso trata la metamorfosis.